La atmósfera como capa continua de gases que envuelve a la Tierra tiene una movilidad constante que se conoce como circulación atmosférica. Pero una serie de factores influyen y modifican cada uno de los elementos del clima. Unos son de naturaleza cósmica, es decir, dependen de la forma y posición de la Tierra en el sistema solar. Otros son de carácter geográfico y dependen, por tanto, de la distribución de tierras y mares, montañas y llanuras, bosque y desiertos.
El primer factor del clima es la energía solar. Los rayos solares llegan a la Tierra después de recorrer 149.000.000 km y su distribución es muy desigual sobre la superficie terrestre y en los distintos periodos del año. La redondez del planeta y sus movimientos de rotación y traslación son factores decisivos en la climatología.
Atardecer. |
La atmósfera impide que los rayos solares lleguen directamente a la superficie terrestre, pues éstos han de atravesar antes una capa de aire de unos treinta kilómetros de espesor. La atmósfera sustrae una parte del calor solar, pero también protege a la superficie del enfriamiento producido sobre todo por la noche. El efecto de la atmósfera consiste, por tanto, en amortiguar las variaciones térmicas. Así se explican, por ejemplo, las condiciones climáticas especiales de la alta montaña, donde el espesor y densidad del aire son menores que a nivel del mar.
La latitud también influye de forma decisiva en la climatología. Las temperaturas van descendiendo del ecuador a los polos y el hemisferio sur es más húmedo y menos cálido que el hemisferio norte. Este contraste entre ambos hemisferios no se debe sólo a la latitud, sino a la distribución desigual de tierras y mares a uno y otro lado del ecuador.
El hemisferio norte es más continental y el sur más oceánico es decir, la mayor parte de las tierras emergidas se encuentran al norte del ecuador. Esta circunstancia tiene una gran influencia sobre la temperatura, la humedad y los vientos, hasta tal punto que las denominaciones de continental o marítimo las relacionamos con clima extremado o templado.
La misma cantidad de calor actuando durante el mismo tiempo elevará la temperatura del suelo aproximadamente el doble que la del agua. El suelo se enfría y se calienta dos veces más pronto que el agua y como consecuencia el aire está más caliente sobre los mares que sobre las tierras. Todos estos factores originan un régimen de vientos, algunos muy conocidos, como las brisas de mar y de montaña o los monzones.
Clima continental. |
El relieve tiene también influencia sobre el clima. Al aumentar la altura disminuye la capa de aire y, por tanto, la presión atmosférica; el aire absorbe menos calor solar, aumenta la humedad y desciende la temperatura. Todo ello ayuda a modificar el clima. La altitud también modifica la temperatura. Según el gradiente térmico vertical la temperatura desciende 0,65 ºC por cada 100 m, de ahí las características especiales del clima de montaña. La vegetación a su vez influye en el clima; así, en las regiones boscosas, la temperatura desciende y aumentan las precipitaciones.
Por último, las corrientes marinas afectan, de manera importante, a ciertas regiones costeras.
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