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jueves, 17 de enero de 2013

La reconquista de las tierras hispanas

La frontera que separaba el califato de Córdoba y el imperio de Carlomagno se estableció en la Península Ibérica. Así, entre los siglos VIII y X, casi toda la Península estuvo bajo el dominio musulmán  aunque, en las montañas del norte, surgieron varios núcleos de resistencia al poder árabe. Por ello, allí buscaron refugio los pocos cristianos que no aceptaron el dominio musulmán.

Aprovechando las discordias musulmanas, los núcleos cristianos aumentaron su extensión utilizando la guerra de conquista y los nobles que dirigían estas campañas fueron organizando políticamente estos territorios hasta llegar a se condados y reinos, germen de los futuros reinos medievales españoles. Los principales fueron el reino Astur-leonés, el condado de Castilla, el condado de Aragón y el reino de Navarra. En la zona pirenaica oriental, los francos cruzaron la cordillera por la región catalana y establecieron otro foco cristiano en Cataluña. sin embargo, estos núcleos de resistencia tuvieron al principio escasa importancia, mediatizados como estaban por el dominio musulmán, especialmente durante el periodo de esplendor califal del siglo X.

Mapa de la Reconquista de las tierras hispanas.

Las fases de la Reconquista se pueden acotar a grandes rasgos de la siguiente manera:

1º) Reconquista de los valles del Duero y el Ebro.

Ante los primeros indicios de crisis del emirato cordobés, los cristianos contraatacaron y obtuvieron algunas victorias, lo que les permitió asentar sus incipientes reinos. A mediados del siglo VIII, obligaron a los musulmanes a abandonar el valle del Duero y la zona norte del valle del Ebro, favorecidos por varios años de sequías y hambres y por loas luchas intestinas entre árabes y bereberes. paralelamente, los reyes de Asturias procuraron que los cristianos de las comarcas liberadas se retirasen a tierras asturianos para fortalecer así su reino; como consecuencia, surgió una extensa comarca desierta en tierras del Duero, que serviría de defensa a los reinos cristianos contra las incursiones musulmanas.

Los vascos lograron confirmar su fuerza, tanto frente a los musulmanes como frente a Carlomagno, y fundaron el reino de Pamplona a fines del siglo VIII, el cual adquirió gran importancia durante el reinado de Sancho El Mayor (1005-1035). En el Pirineo occidental nació el pequeño condado de Aragón, en equilibrio entre el Imperio Carolingio, el reino taifa de Huesca y los reyes de Pamplona. Por su parte, los francos tomaron como base para la restauración y organización de la tierra conquistada las antiguas circunscripciones visigodas, a través de los condados catalanes entre los que sobresalió el de Barcelona, cuyo conde, Wilfredo El Velloso, dirigió el movimiento de independencia contra el Imperio Carolingio y logró reunir bajo su poder el conjunto de los territorios catalanes.

Retrato del Wilfredo El Velloso, conde de Barcelona durante la reconquista.

2º) Reconquista de Toledo

Hasta el siglo XI no se dio un avance considerable en la reconquista de tierras a al-Ándalus, ya que los reinos cristianos estaban más ocupados en consolidar sus propios dominios y en resolver sus litigios dinásticos que en reanudar la guerra con los musulmanes. Ya en le periodo de los reinos de taifa, en que era más que evidente la debilidad de los musulmanes, renació el espíritu de conquista.

El rey castellano Alfonso VI, que tenía sometido al rey de Toledo obligándole al pago de tributos, consiguió en 1085 que este le entregara su reino sin resistencia, a cambio de recibir favores de Castilla. También la Reconquista tuvo su avance, aunque en menor medida que la realizada por Castilla, en la zona oriental de la Península. Pedro I de Aragón consiguió recuperar para su reino territorios importantes y ciudades como Huesca y Barbastro, en el año 1096 y 1100 respectivamente.

Soldados castellanos y musulmanes.

3º) La batalla de Las Navas de Tolosa.

En el siglo XII los reinos cristianos del norte -Portugal, León, Castilla, Navarra, Aragón y Condados Catalanes. se habían fortalecido después de periodos de crisis y reajustes territoriales y dinásticos. Ahora estaban en condiciones de emprender una acción coordinada contra el musulmán del sur. En este sentido, el tratado de Cazorla de 1179 -por el que los reyes de Castilla y Aragón se repartían los territorios de al-Ándalus por conquistar- reforzó este proyecto reconquistador. En estos momentos los almohades eran los dueños de los territorios andalusíes y, aunque su poder parecía considerable, mayor aún era la decisión de Castilla de encabezar su dominio. El rey castellano Alfonso VIII, después de sufrir algunas derrotas frente a los ejércitos almohades, consiguió reunir un potente ejército formado por el de su reino, el castellano, el de Aragón de Pedro II y el de Navarra de Sancho VII.

Este ejército obtuvo una rotunda victoria en Las Navas de Tolosa -Jaén- en 1212, lo que supuso el fin del Imperio Almohade y el avistamiento por los reinos cristianos del deseado valle del Guadalquivir.

Alfonso II de Aragón, después de avanzar en la unificación de los Condados Catalanes y en la confederación catalana-aragonesa, continuó la Reconquista en la zona asignada a su reino. Con la toma de Teruel en 1171 consiguió hacer descender la frontera hasta la sierra de Albarracín en el alto Tajo.

Batalla de Las Navas de Tolosa de 1212.

4º) Reconquista del valle del Guadalquivir.

Ya en el siglo XIII tuvo lugar el mayor avance de la Reconquista, protagonizado por Cataluña y Aragón y sus respectivo reyes, Fernando III y Jaime I. A partir de 1228 las Cortes de Barcelona alcanzan el acuerdo de conquistar las Baleares y El Conquistador, sobrenombre del rey Jaime, emprende una larga campaña militar que comenzó con la toma de Tarragona y otras poblaciones de la baja Cataluña y terminó con la ocupación de Mallorca, Ibiza y Formentera; Menorca se recuperaría muchos años después. No terminó aquí la campaña militar de Jaime El Conquistador. Continuó recuperando tierras para su reino en la zona levantina  donde conquista Valencia tras un largo asedio, lo que representó un hito importante de la reconquista. Por otro lado, en 1224 Fernando III de Castilla, acompañado de un potente ejército, cruzó el paso de Despeñaperros con la clara intención de reconquistar los territorios andalusíes de la antigua Bética. Comenzó tomando poblaciones al norte del Guadalquivir, como Andújar y Úbeda. La fácil recuperación en 1236 de Córdoba, capital del antiguo califato, significó un golpe militar y moral de primer orden para los débiles taifas.

Pero la conquista más significativa del ejército castellano del rey Fernando fue la de Sevilla en 1248, en aquellos tiempos la plaza fuerte más importante del sur de la Península desde que los almohades situaran allí la capital de su imperio. De hecho, el rey musulmán y su gente se rindieron después de un largo y penoso sitio. Las campañas castellanas en el sur peninsular continuaron hacia las costas atlánticas por la campiña gaditana, que en su última fase fue continuada por Alfonso X, hijo de Fernando. Así fueron cayendo Jerez, Vejer, o Arcos. finalmente en 1262 cayó Cádiz. a partir de aquí la presencia musulmana en España quedó reducida al reino de taifa nazarí con capital en Granada. No obstante, las turbulencias políticas y enfrentamientos producidos en el reino de Castilla retrasaron más de dos siglos la conquista del reino de Granada, finalmente conseguida con los Reyes Católicos.

Ciudad de Córdoba, con la imagen de la Mezquita en el centro.

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