viernes, 26 de octubre de 2012

Las guerras carlistas

La reivindicación de la corona española por Carlos V (Carlos María Isidro), hermano de Fernando VII dio origen a la primera guerra carlista (1833-1840). Carlos V abdicó en 1844 en su hijo Carlos VI, protagonista de la segunda guerra carlista (1845-1849), nada más ocupar el trono Isabel II. Carlos VII, sobrino de Carlos VI protagonizó la tercera guerra carlista (1872-1876), que comenzó durante el reinado de Amadeo de Saboya y terminó Alfonso XII.

La Primera Guerra Carlista o Guerra de los siete años, enfrentó en 1833 a los cristinos (partidarios de la reina regente) y a los carlistas (partidarios de Carlos María Isidro), y enfrentó, al mismo tiempo, dos concepciones ideológicas y políticas, la liberal y la absolutista. Navarra, País Vasco, Cataluña, Aragón y Valencia fueron los principales focos carlistas y el coronel Tomás de Zumalacárregui su más importante jefe militar. Sus campañas dieron la victoria al carlismo hasta 1835, en que murió herido en el sitio de Bilbao. A partir de ese momento comienza el retroceso carlista.

En 1837 Carlos V organizó la "expedición real", que salió de Estella el 15 de mayo con destino a Madrid. El fracaso de la expedición, vencida en repetidas batallas por las tropas cristinas, llevó al pretendiente a llamar otra vez a Maroto, retirado a causa de la hostilidad que despertaba en los círculos próximos a Carlos V; la reacción de Maroto tras aceptar de nuevo el mando de las tropas, fue ordenar el fusilamemiento de cuatro generales, y aconsejar a Carlos un acuerdo con Espartero. El abrazo de Vergara (31 de agosto de 1839) puso fin simbólicamente a la primera guerra carlista, aunque en Cataluña y Valencia los bélicos siguieron hasta el 6 de julio de 1840.


La Segunda Guerra Carlista, llamada también guerra dels matiners,se desarrolló fundamentalmente en Cataluña, con algunas partidas aisladas en Navarra, Burgos, Soria y Toledo. Las primeras partidas se organizaron en 1846 tras el fracaso de la boda entre Isabel II y el pretendiente Carlos VI. En 1848, Cabrera fue a Cataluña a coordinar las diferentes partidas y organizar la guerra, pero a pesar de sus esfuerzos no logró modificar el curso de la guerra que transcurría sin grandes hechos bélicos y con sucesivas derrotas de las fuerzas carlistas. Para animar a sus seguidores, el pretendiente Carlos VI intentó entrar en España, procedente de Londres, pero fue detenido en la frontera y expulsado.

Cabrera decidió abandonar la lucha y el 25 de abril cruzó la frontera francesa, dando así por terminada la segunda guerra carlista. 

La Tercera Guerra Carlista tuvo como pretendiente a la corona a Carlos VII, cuyos partidarios se enfrentaron a los ejércitos de Amadeo de Saboya, la Primera república y Alfonso XII. Cabrera tomó de nuevo el mando de las fuerzas carlistas y Carlos VII entró en España para dirigir personalmente la lucha (mayo de 1872). La derrota de Oroquieta le obligó a volver de nuevo a Francia y el general Serrano, encargado por el gobierno de la lucha en el norte, firmó el Pacto de Amorabieta (24 de mayo) que suponía el fin del levantamiento, aunque dentro del respeto al fuero vasco.

una segunda fase de la guerra se produjo en 1873, tras el fracaso de la monarquía de Amadeo de Saboya. El 16 de julio de 1873 Don Carlos volvió a navarra, acompañado de Elio, ahora jefe supremo de las tropas carlistas. Las primeras batallas fueron favorables a los carlistas, que tomaron Estella y triunfaron en Montejurra. En 1874 el carlismo alcanzó su máxima difusión, dominando sobre Navarra, Vizcaya y Guipúzcoa, a excepción de San Sebastián e Irún. Pero otra vez, como en la primera guerra, los carlistas se empeñaron en conquistar Bilbao y fueron derrotados por los ejércitos gubernamentales, a las órdenes de Serrano y Concha. Concha murió poco después, intentando tomar Estella. En los otros frentes de guerra, Cataluña, Levante y el Centro, 1874 fue también el año de mayores éxitos.


La restauración monárquica en la persona de Alfonso XII supuso un duro golpe para la causa carlista, que se quedaba sin argumento dinásticos. la actividad carlista se debilitó en el centro: Martínez Campos logró terminar, por medio de pactos y de las armas, con la guerra en Cataluña. Navarra experimentó las consecuencias del abandono de Cabrera, que decidió reconocer a Alfonso XII.

En el invierno de 1875-1876, los carlistas sufrieron las últimas y decisivas derrotas: el rey envió a Martínez Campos, Blanco y Primo de Rivera a Navarra, los carlistas fueron derrotados en Montejurra; Estella fue tomada (19 de febrero de 1876) y el 17 de febrero Carlos VII cruzó la frontera francesa, con "¡volveré1" que nunca se cumplió.

Mapa Primera Guerra Carlista



Mapa Segunda Guerra Carlista



Mapa Tercera Guerra Carlista

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