miércoles, 12 de diciembre de 2012

La Arquitectura Egipcia

En el antiguo Egipto la arquitectura se manifestó, sobre todo, con dos tipos de construcciones religiosas: las tumbas y los templos. El material empleado fue, invariablemente, la piedra trabajada en sillares bien aparejados. Se trata de construcciones de cierto carácter monumental, con un desarrollo horizontal (salvo las pirámides) y de estructura arquitrabada o adintelada.

Como elementos de sustentación se utilizaron el pilar y, sobre todo, la columna con capiteles de motivo vegetal y fustes muy variados, entre los que destacan los decorados con relieves.


Las tumbas

Variaron mucho de unas épocas a otras, adoptando modelos diferentes. Haciendo referencia tan sólo a las tumbas faraónicas o de los individuos con más poder, podemos señalar tres tipos.

Mastabas: eran enterramientos bajo tierra, en un profundo pozo, sobre el que se construía una estructura maciza en forma de tronco de pirámide de base rectangular, que solía contener una pequeña capilla de ofrendas. Las mastabas fueron construcciones tempranas que se mantuvieron a lo largo de los distintos periodos.

Modelo de Mastaba.
Pirámides: fueron las construcciones más llamativas de la arquitectura egipcia. Las primeras fueron escalonadas, como la del faraón Zose en Sakkarah. Se trata de una monumental obra de planta rectangular y cinco pisos o escalones formados por una sucesión decreciente de troncos de pirámide. Un tipo de pirámide más evolucionado fue la denominada romboidal que, siendo ya de arista, tenía una doble inclinación en cada una de sus cuatro caras.

Durante la IV dinastía aparecieron ya las pirámides regulares que alcanzaron su máxima perfección en el conjunto de Gizeh, cerca de El Cairo, con las pirámides de los faraones Keops, Kefrén y Mikerinos. La mayor de ellas es la de Keops, "La Gran Pirámide", y sus dimensiones son de un colosalismo pocas veces superado por el hombre en todos los tiempos; su base cuadrada tiene 230 metros de lado y alcanza 146,5 metros de altura. La de Kefrén es ligeramente más pequeña, mientras que la de Mikerinos es de dimensiones mucho más reducidas. Durante el Imperio Medio se siguieron construyendo pirámides, pero ya nunca alcanzaron la grandiosidad de las de Gizeh.

Pirámides de Gizeh.
La disposición de las cámaras funerarias de las pirámides se solía hacer bajo tierra y en algunos casos dentro de la propia masa piramidal (la de Keops). El sellado de los pasadizos que conducían a dichas cámaras fue resuelto con dispositivos particularmente ingeniosos para evitar que la tumba fuera profanada y saqueada, algo que difícilmente se consiguió.

Hipogeos: estas tumbas eran enterramientos situados en los acantilados del valle del Nilo. En las pareces rocosas de las montañas se excavaban unos túneles más o menos profundos y en su interior se depositaba el sarcófago que contenía la momia del faraón. Los hipogeos comenzaron a realizarse durante el Imperio Medio, pero los más grandiosos pertenecen al Imperio Nuevo y se encuentran en el Valle de los Reyes y el Valle de las Reinas, cerca de Tebas. Allí se encontró la famosa tumba del faraón Tutankhamon. Este faraón no fue importante en la historia de Egipto, pero su tumba fue la única hallada sin profanar por los arqueólogos del siglo XX. Entre los hipogeos que merecen ser citados, están los de Ramsés VI y los de la reina Nefertari, que destacan por su decoración interior, ya que estas tumbas carecían de estructura exterior para evitar su localización y reducir así el riesgo de profanación.

Hipogeo.


Los templos

Estas construcciones responden a dos tipos de funciones; por un lado están los denominados templos solares o funerarios, dedicados a las ceremonias de enterramiento de los faraones y los templos de las divinidades.

Los templos funerarios datan de las primeras épocas y su estructura fue siempre bastante sencilla. La construcción, de planta cuadrangular, constaba de un patio central al que daban diferentes salas y dependencias cubiertas con techumbres planas. En estos templos era donde se preparaba el cuerpo del faraón antes de introducirlo en su tumba.

Modelo de templo funerario.
En el Imperio Antiguo cada pirámide disponía de su correspondiente templo solar, que solía estar situado en la misma ribera del Nilo. Se les llamó por ello templos del valle y estaban comunicados con la pirámide mediante una rampa de acceso perfectamente pavimentada. Con frecuencia, el cuerpo del faraón llegaba hasta el templo del valle navegando por el río, en una compleja y ritual procesión fúnebre, que finalizaba con la introducción de la momia en la cámara sepulcral de la pirámide.

Modelo de templo solar.
Los templos dedicados a las divinidades ofrecieron fundamentalmente tres tipos  el templo clásico, el espeos y los hemiespeos. En general, la inmensa mayoría de los templos que se han conservado son del Imperio Nuevo o época posterior. En la dinastía XVIII es cuando se crea el llamado templo clásico, cuya estructura básica responde a los siguientes elementos: una avenida de acceso bordeada por esfinges, una fachada denominada pilono, un patio rodeando el santuario y una serie de dependencias para los servicios del culto y administración del templo.

Zona de las esfinges del templo de Karnak, ejemplo de los templos clásicos.
Con frecuencia, ante el pilono se colocan obeliscos y en algunos templos hay varios pilonos que separan las distintas partes del templo. Los mejores ejemplos del modelo clásico se encuentran en Luxor y Karnak formando un grandioso conjunto unido por una larga avenida de esfinges y destacando el Gran Templo de Amon de Karnak. También son importantes el de Horus en Edfú o el de isis en Filé (una peque isla del Nilo).

Muy cerca de Karnak hay un monumental templo de tipo hemiespeos, construido por la reina Hatchepsut, que consta de varias terrazas a las que se llega mediante unas rampas y que tiene el santuario excavado en la roca del acantilado al que está unido el tempo. El modelo de templo espeos, es decir, totalmente excavado, tiene su culminación en el de Ramsés II de Abu Simbel. Tiene una fachada de 33 metros de altura directamente tallada en la montaña, con cuatro gigantescas estatuas sedentes del faraón. En el interior de este espeos hay dos salas sostenidas por pilares y doce dependencias más, que culminan en una capilla central que contiene cuatro estaturas, una de ellas la del faraón.

Templo de Ramsés II.

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