lunes, 20 de mayo de 2013

Materiales y técnicas de trabajo en Historia

Cómo estudiar la Historia

No debemos basar en la memoria el aprendizaje y el conocimiento de la Historia  Si se recitan acontecimientos y datos de modo aislado, sin relación entre sí y de manera poco razonada, la materia se olvidará en pocos días. ciertamente la memoria resulta muy útil para manejar ciertos datos históricos, pero el estudio de la Historia en ningún caso se puede reducir a un proceso memorístico. De modo general, es importante tener presente una serie de consideraciones:

  • Debemos estar motivados por el área de estudio  en este caso por el estudio de la Historia, y se ha de disponer de un material adecuado: un buen libro de texto, unos apuntes correctamente tomados de las explicaciones, un diccionario de términos históricos o historiográficos, un atlas histórico,...
  • La Historia solo se comprende si se entienden los procesos que motivan los acontecimientos. Importa más el estudio de las relaciones entre los acontecimientos que un conocimiento aislado de los mismos. El objetivo es poder relacionar de modo lógico los procesos históricos, enlazándolos entre sí.
De este modo, por ejemplo, se puede entender el proceso que lleva a las revoluciones liberales del siglo XIX si se vinculan con la crisis del Antiguo Régimen; y se comprenderá mejor el fascismo si se tiene en cuenta la situación económica y política de la Europa de entreguerras.

Estudio de la Historia.

Los libros de Historia

En toda asignatura la lectura de libros de texto y manuales es importante aunque estrictamente no sea imprescindible. Los criterios pedagógicos son muy diferentes en este sentido, aunque en la mayoría de los casos siempre se sugiera la utilización del libro como punto de referencia de lo que se está estudiando y como complemento a las explicaciones del profesor o profesora. Que la utilización del libro se realice de forma adecuada es un aspecto fundamental para que el estudiante pueda ampliar aspectos no tratados en profundidad, actualizar otros, leer textos relacionados con el tema, observar imágenes de la época, tablas o cuadros de datos, gráficos, mapas históricos, conocer vocabulario específico,... Por tanto siempre se ha de tener en cuenta el índice general, la introducción de cada tema, los esquemas que en él aparezcan, los cuadros - resumen y los textos que recoge. Igualmente, se deben anotar los aspectos que más llamen la atención o los que no se entiendan, y preparar preguntas precisas para realizar al profesor o profesora sobre los puntos que se consideren poco claros. Todo ello resultará de gran utilidad a la hora de estudiar cada tema.


Las clases de historia

Para estudiar adecuadamente la Historia resulta fundamental participar de manera activa en clase. Las preguntas, sugerencias, dudas o matices que se puedan plantear antes, durante o después de la explicación de un tema, no solo demuestran interés por comprender, sino madurez. además, sirven para dinamizar la clase, fomentar la participación de otros estudiantes y crear un ambiente muy positivo en el aula. Recordemos que las dudas propias suelen compartirlas otros compañeros.


Las explicaciones del profesorado en clase conllevan la toma de notas o apuntes por parte de los alumnos y alumnas. la calidad de las anotaciones dependerá de cómo explique el profesorado, aunque a quien corresponde ejercitar una buena técnica de coger apuntes - atendiendo en clase y escribiendo las ideas más importantes - es al alumno o alumna. Los apuntes no son una copia al dictado de cuanto se dice, pues, además de constituir una tarea ardua, esta práctica puede requerir mucho tiempo, aminorando así el ritmo de la clase. Para no caer en ello es necesario ejercitarse con paciencia y dedicación desde las primeras clases, en poco tiempo conseguirás tomar apuntes fluidos y útiles para el estudio de la asignatura. Las siguientes recomendaciones pueden ser útiles en ese sentido:

  • Los apuntes han de tomarse con bolígrafo y en papel blanco, así se podrá leer mejor. En cada hoja puede escribirla la fecha y el número de página, dejando al pie o en el margen algún espacio por si fuera necesario completar con alguna frase el sentido de lo que se ha escrito o incluir algún dato o aclaración posterior. 
  • Es fundamental prestar atención a la explicación, distinguiendo cada apartado del tema, pues el profesor o profesora suele delimitarlos con claridad. Esto es importante para comprender bien el contenido de la unidad. También se deben ir anotando aquellas idas en las que se insista más, pues deben ser las que tienen más relevancia del tema objeto de estudio. En todo caso, debemos distinguir lo esencial de los secundario de entre todo lo que se explica.
  • No es conveniente perder tiempo pasando a limpio los apuntes tomados en clase; deben tomarse con claridad y orden directamente. Es muy útil emplear abreviaturas que ayuden a simplificar la escritura, ya que se ahorra tiempo al escribir y se puede prestar mayor atención a la explicación.
  • Después de tomar los apuntes es necesario completarlos, si falta algo, subrayar lo fundamental y, sobre todo, realizar algún esquema con el fin de fijar los conceptos o ideas fundamentales. Si bien esto dependerá de cómo se hayan anotado, pues hay estudiantes que desarrollan más las ideas mientras que otros esquematizan directamente la explicación del tema.

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